10.1.10

soy yo o algo tocho está a la vuelta de la esquina?

Sé que no soy un caso normal, pero hoy repasando lo que he hecho durante el día me he dado cuenta de que la tecnología está a punto de caramelo para por fin producir cambios importantísimos en nuestra vida cotidiana. A las pruebas me remito:

Me he levantado y como lo que tengo más a mano es el teléfono, he mirado mi correo en el iPhone, que aún uso :) y que como está conectado con mi Airport Extreme va como un tiro. Después de un desayuno sanísimo de frutas con mi nuevo yogurt preferido del que he sabido todo gracias a su fantástica página web, he decidido que como mi nuevo NexusOne tiene una integración estupenda con Picasa, era el momento de ordenar todas mis fotos en Picasa y subirlas PicasaWeb para que se sincronicen automáticamente con el NexusOne.

Hace unas semanas me regalaron una tarjeta de Eye-Fi y hoy me he decido a configurarla. La tarjeta es de 4 Gigas y se conecta con las WiFis que le digas de forma que las fotos se pasan a tu ordenador y se suben a la web automáticamente, sin tener que enchufar la cámara o cargar la tarjeta. Además las fotos se geolocalizan automáticamente también.

Luego me he ido a comer con un amigo. He descubierto el sitio en Google Maps sin saber lo que buscaba, es la primera vez que descubro en vez de buscar en Google Maps. He podido aparcar justo enfrente pues con StreetView he podido ver dónde estaba el restaurante y los horarios de parking de pago.

Después de papear me he ido a correr. Me he llevado mi iPod nano, que lo tengo petao de música que me gusta y con la opción genius me la mezcla como el mejor DJ. Me he pegado una vuelta al Golder Gate park de 45 minutos. De camino de vuelta a casa me he puesto Pandora que siempre me descubre alguna canción nueva.

Al llegar a casa, me he hecho un té verde y he picado algo de queso mientras me preparaba un baño hasta arriba de espuma con velas; lo sé el colmo de la decadencia, pero para mí es uno mis gustazos de finde.

Me han llamado por teléfono mientras se me arrugaban las yemas de los dedos. Al salir del baño he mirado mi Google Voice y visto quién me había llamado, y desde el mismo ordenador he devuelto la llamada. Cuando más utilizo Google Voice más veo el potencial tremendo que tiene, sobre todo como gestor centralizado de todas las llamas de voz. Tengo mis buzones de voz redirigidos a Google Voice, de forma que cuando me llaman a cualquiera de mis teléfonos y no lo cojo, salta primero al resto de mis números y si no lo cojo tampoco salta el buzón de voz de Google Voice. El mensaje dejado se transcribe a texto y no solo queda archivado con mis correos de gmail, sino que me envían un SMS a mis móviles con el texto del mensaje.

He visto las noticias de España y las de EE.UU. en los Podcasts de iTunes en mi AppleTV, que he manejado desde mi iPhone con la aplicación Remote que no necesita de infrarrojos.

En un rato me voy al cine a ver una película que he escogido con unos amigos a través de la selección de Google y he comprado las entradas en internet, sabiendo que tendré asiento un sábado por la noche y dónde me voy a sentar. Después del cine nos iremos a cenar a un japo que hemos reservado a través de OpenTable. Si nos apetece ir a otro sitio, siempre podré cambiar la reserva a través de la aplicación móvil de OpenTable.

Y todo esto no es ciencia ficción y solo para frikis. Creo que se están juntando tres elementos fundamentes que hacen que estamos en un punto de inflexión importante.

Por una parte el usuario ya es conscientes del mundo de posibilidades que se abren con toda esta innovación y la demanda de estos servicios es creciente. Por otra parte la tecnología ha conseguido desarrollar productos y servicios estables, usables y asequibles económicamente con masa crítica de contenidos que los hacen útiles. Por último las empresas proveedoras de estos servicios han conseguido crear modelos de negocios rentables que les permite seguir invirtiendo no solo en escalar lo que hacen sino en seguir innovando.

Estos tres elementos, si la economía y le geopolítica no lo aborta, seguirán combinándose de forma que a lo largo de los próximos años vamos a ver cambios extraordinarios en la cantidad de cosas que hacemos y cómo las hacemos. Y una de las cosas que más me preocupa es nuestra forma de entender lo que hacemos y cómo lo hacemos no se va a adaptar tan rápido como estos cambios. Nunca la diferencia entre los que se adapten a las nuevas tecnologías y los que no será tan grande y con consecuencias tan importantes como ahora.

Llevo meses con subidón de tecnología. ¿Soy yo o algo tocho está a la vuelta de la esquina?