10.4.10

La Experiencia Local

Es increíble cómo cambia todo en el mundo de la tecnología. En un par de años te cambia el panorama por completo y tu discurso se convierte en un manifiesto obsoleto si te pierdes las 3 nuevas ideas de los últimos 6 meses. Lo que está pasando con la geolocalización y el mundo de las búsquedas locales es un ejemplo de ello.

Hace 10 años utilizaba un mapa de papel o una guía local unas cuantas veces al año no mucho más. Hace 5 años, con el desarrollo de los callejeros en internet buscaba una dirección en internet o cómo llegar a una casa rural una media de una vez a la semana. El año pasado y con el desarrollo tan tremendo de la tecnología de la geolocalización y sobre todo su integración en móviles, había llegado a incorporar el consumo de mapas en mi vida diaria, hasta el punto de utilizarlo varias veces al día: buscar el número de teléfono de un restaurante, cómo está la autopista de atascada, cómo llegar hasta mi reunión en transporte público o poder ver si tengo aparcamiento disponible a través de StreetView. Los mapas digitales se han convertido en una parte esencial de mi actividad diaria, no entiendo cómo pude vivir sin ellos durante tantos años.

Lo curioso es que en los últimos meses esos mapas digitales que hace tan solo un año revolucionaron tanto mi vida diaria están a punto de convertirse en irrelevantes o meros commodities. La semana pasada se celebró en San José California el congreso Where2.0 donde se dan cita los protagonistas mundiales de la geolocalización y los mapas. Mi conclusión más inmediata es que los mapas serán en sí mismos cada vez menos importantes y lo relevante de verdad serán los servicios que se construyan sobre ellos. Servicios como Foursquare, Gowalla, Brigthkite o Goodrec son ejemplos evidentes de iniciativas que está revolucionando este espacio.

A mi juicio tres los elementos fundamentales de esta transformación: la identidad digital de los sitios geográficos, las redes sociales y el móvil.

El primer aspecto fundamental es la creación de lo que ha venido en llamarse la “Place Page” - no me ocuparé yo de buscarle una traducción adecuada al español :) y representa la identidad en internet de una pequeña empresa, un museo, o la casa de uno. Es la evolución natural del antiguo listado de los directorios, pero enriquecido con el poder multimedia y de vínculos que internet permite. Esta estandarización de identidades posibilita que el mundo físico tenga una presencia digital con la que pueda interaccionar.

El segundo elemento son las redes sociales que van a incorporar esas “Place Pages” o identidades digitales de lugares físicos a los mapas sociales, de forma que en Buzz, en Tuenti o en Facebook puedas interaccionar con lugares físicos como lo haces con tus amigos. Los mapas sociales adquirirán una dimensión matricial al incorporar esas Place Pages.

El último elemento y el más importante es la herramienta móvil que dada su capacidad de convertirse en nuestro ordenador más cercano y su habilidad de geoposcionar los contenidos va a hacer de catalizador de esas “Place Pages” y redes sociales para crear toda una nueva dimensión de interacción y servicios.

Y todo esto acaba de empezar. Estoy convencido de que los próximos años estarán marcados por estos servicios donde el mapa será cada vez menos importante.

Nota: Primer post que escribo desde mi iPad :)
Artículo publicado en CincoDías el 9 de abril de 2010