Internet y Modelos de negocio
Artículo publicado en Cinco Días el 1 de febrero de 2008
En 1999 no había otro concepto en las escuelas de negocio: la Nueva Economía. Estuvo muy de moda hasta el estallido de la burbuja financiera de valores tecnológicos del año 2000. El epitafio más elegante de aquellos días fue la sentencia de Jack Welch, consejo delegado de General Electric durante 20 años, en su libro Hablando Claro (Ediciones B, Barcelona 2002) cuando dijo que no se trataba de una nueva economía, sino de "la economía de siempre pero utilizando nuevas tecnologías".
Es cierto que las nuevas tecnologías están imponiendo un cambio estructural en las economías y en los modelos de negocio, pero los principios económicos son los mismos: oferta, demanda, costes marginales y precios. Las reglas son las mismas, son los modelos de negocio derivados de ellas los que cambian. Y este es el gran desafío.
Echemos un vistazo a tres cambios fundamentales en tecnología que han sucedido a lo largo de los últimos 30 años: (1) la capacidad de proceso de los ordenadores se ha multiplicado por 3.500 veces; (2) el precio de la memoria RAM de los ordenadores se ha reducido 45.000 veces; y (3) el precio de la memoria de disco se ha reducido 3.600.000 veces. Son cambios importantísimos que pondrían a cualquier otra industria patas arriba: si la misma reducción que se ha producido en los precios de la memoria de disco se hubiese producido en la gasolina, podríamos dar 4.000 vueltas a la tierra con lo que costaba un litro hace 30 años.
Y éste es el gran problema de las empresas y de muchos de nosotros como gestores: no sabemos procesar las implicaciones que tienen estos cambios. Los cambios tienen consecuencias en nuestros modelos de negocio que no somos capaces de entender. Yo mismo, que no llevo en internet ni diez años, siento el vértigo que los cambios tecnológicos imponen en la forma de hacer negocios. No puedes despistarte ni un momento y tienes que hacer el esfuerzo de entender cómo afecta a tu negocio cada pequeño paso en la innovación tecnológica.
La implicación más importante en los modelos de negocio que estos cambios están imponiendo es probablemente lo que Chris Anderson, autor del libro La Economía del Long Tail (Tendencias, Barcelona 2007) denomina la economía de la abundancia. El precio unitario de los componentes tecnológicos es tan pequeño que se aproxima a cero. La economía de la abundancia está creando los modelos económicos de lo gratis. Antes, la empresas regalaban el 1% de sus productos para hacer más popular el otro 99% que cobraban. En internet se regala el 99% de los productos para cobrar el 1%. Como los costes son pequeños, cobrar el 1% es suficiente para hacer negocio. El 1% de un mercado enorme accesible a través de la red puede ser mucho dinero. En ocasiones no es necesario ni siquiera cobrar ese 1% pues los ingresos vienen por modelos combinados. Por ejemplo Google: el buscador es gratuito y se monetiza con publicidad segmentada y relevante para cada una de las búsquedas.
Es la responsabilidad de todos nosotros como emprendedores y directivos, el analizar cómo podemos seguir dando servicio a nuestros clientes de manera más eficientemente y bajo nuevos modelos de negocio utilizando las nuevas tecnologías. Y si no lo hacemos nosotros, no tardará mucho en movernos de la silla algún veinteañero con ganas de cambiar el mundo.
En 1999 no había otro concepto en las escuelas de negocio: la Nueva Economía. Estuvo muy de moda hasta el estallido de la burbuja financiera de valores tecnológicos del año 2000. El epitafio más elegante de aquellos días fue la sentencia de Jack Welch, consejo delegado de General Electric durante 20 años, en su libro Hablando Claro (Ediciones B, Barcelona 2002) cuando dijo que no se trataba de una nueva economía, sino de "la economía de siempre pero utilizando nuevas tecnologías".
Es cierto que las nuevas tecnologías están imponiendo un cambio estructural en las economías y en los modelos de negocio, pero los principios económicos son los mismos: oferta, demanda, costes marginales y precios. Las reglas son las mismas, son los modelos de negocio derivados de ellas los que cambian. Y este es el gran desafío.
Echemos un vistazo a tres cambios fundamentales en tecnología que han sucedido a lo largo de los últimos 30 años: (1) la capacidad de proceso de los ordenadores se ha multiplicado por 3.500 veces; (2) el precio de la memoria RAM de los ordenadores se ha reducido 45.000 veces; y (3) el precio de la memoria de disco se ha reducido 3.600.000 veces. Son cambios importantísimos que pondrían a cualquier otra industria patas arriba: si la misma reducción que se ha producido en los precios de la memoria de disco se hubiese producido en la gasolina, podríamos dar 4.000 vueltas a la tierra con lo que costaba un litro hace 30 años.
Y éste es el gran problema de las empresas y de muchos de nosotros como gestores: no sabemos procesar las implicaciones que tienen estos cambios. Los cambios tienen consecuencias en nuestros modelos de negocio que no somos capaces de entender. Yo mismo, que no llevo en internet ni diez años, siento el vértigo que los cambios tecnológicos imponen en la forma de hacer negocios. No puedes despistarte ni un momento y tienes que hacer el esfuerzo de entender cómo afecta a tu negocio cada pequeño paso en la innovación tecnológica.
La implicación más importante en los modelos de negocio que estos cambios están imponiendo es probablemente lo que Chris Anderson, autor del libro La Economía del Long Tail (Tendencias, Barcelona 2007) denomina la economía de la abundancia. El precio unitario de los componentes tecnológicos es tan pequeño que se aproxima a cero. La economía de la abundancia está creando los modelos económicos de lo gratis. Antes, la empresas regalaban el 1% de sus productos para hacer más popular el otro 99% que cobraban. En internet se regala el 99% de los productos para cobrar el 1%. Como los costes son pequeños, cobrar el 1% es suficiente para hacer negocio. El 1% de un mercado enorme accesible a través de la red puede ser mucho dinero. En ocasiones no es necesario ni siquiera cobrar ese 1% pues los ingresos vienen por modelos combinados. Por ejemplo Google: el buscador es gratuito y se monetiza con publicidad segmentada y relevante para cada una de las búsquedas.
Es la responsabilidad de todos nosotros como emprendedores y directivos, el analizar cómo podemos seguir dando servicio a nuestros clientes de manera más eficientemente y bajo nuevos modelos de negocio utilizando las nuevas tecnologías. Y si no lo hacemos nosotros, no tardará mucho en movernos de la silla algún veinteañero con ganas de cambiar el mundo.