15.11.10

Doctorado a los emprendedores en Internet

El pasado día 5 de noviembre recibí el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Camilo José Cela. Un título que me llena de orgullo, sobre todo porque no lo siento como propio, sino como un reconocimiento a todos los que nos hemos dejado los cuernos en esto de internet y las nuevas tecnologías a lo largo de los últimos 10 años.



Aquí está el texto íntegro de mi discurso.

Señora Doña Cristina Garmendia, Ministra de Ciencia e Innovación del Gobierno de España
Señor Don Rafael Cortes Elvira, Rector Magnífico de la Universidad Camilo José Cela
Señor Don Felipe Segovia, Presidente de la Universidad camilo José Cela
Señora Doña Nieves Segovia, Presidenta de la Institución Educativa SEK
Señor Don José Luís Delso, Secretario General de la Universidad Camilo José Cela
Señores Vicerrectores, Autoridades civiles y académicas, papá, mamá, familia, amigos y amigas todos;

Quisiera comenzar mi intervención destacando el gran progreso de las nuevas tecnologías que han permitido algo tan poco probable hace algunos años como que dos disléxicos a los que le gusta leer pero les cuesta un gran trabajo, reciban tan alta distinción académica como este título de Doctor Honoris Causa.

Pero la verdadera razón por la que estoy aquí delante de vosotros son tres fenómenos fundamentales que no solo han dado forma a mi carrera profesional, si no que son también los pilares necesarios de cualquier reactivación económica y creación de riqueza estable en las economías del siglo XXI.

Estos tres elementos fundamentales son La Revolución Digital, La innovación tecnológica y el espíritu emprendedor. Me gustaría a lo largo de los próximos minutos reflexionar con vosotros acerca de porqué estos fenómenos son tan importante y estructurales.

La Revolución Digital es probablemente uno de los fenómenos más importantes de la historia de la humanidad. La posibilidad de la transformación de la información (el sonido, el texto, las imágenes, los cálculos) en ceros y unos, código binario que las máquinas almacenan, procesan y comunican a velocidades instantáneas está produciendo cambios de dimensiones nunca conocidas en la historia de la humanidad. Esta revolución digital tiene cuatro pilares fundamentales que le dan forma: la capacidad de proceso de los ordenadores, la capacidad de almacenamiento de información, el cauce de comunicación o el ancho de banda, y los puntos de acceso a la red, ordenadores, televisiones, móviles o cualquier dispositivo conectado.

Estos 4 elementos en los que se fundamenta la revolución digital han evolucionado a un ritmo exponencial en los últimos 25 años y lo seguirán haciendo a velocidades vertiginosas en los próximos tiempos. Para poner de manifiesto este cambio me gustaría compartir con vosotros algunos números. En los 25 años que han pasado desde que mis padres me regalaron mi primer ordenador, teniendo yo 13 años, y el día de hoy con mi sofisticada vida en el cloud computing, la velocidad de proceso de los ordenadores se ha multiplicado por 3.500 veces, y al mismo tiempo el precio de la memoria de disco duro se ha reducido 3.600.000 veces. ¿Os imagináis cambios de estas dimensiones en cualquier otra industria? Si el precio de la gasolina hubiese disminuido en estos últimos 25 años al mismo ritmo que el precio de la memoria de disco duro, con lo que costaba un litro de gasolina comprado entonces sería posible hoy dar 4.323 vueltas a la tierra.

La revolución digital no solo está produciendo una manera distinta con la que relacionarnos con nuestro entorno, sino que lo hace a un ritmo vertiginoso en la mayoría de las ocasiones muy superior a nuestra capacidad de entenderlo.

Y esto me lleva al segundo fenómeno del que os quería hablar hoy: La innovación tecnológica. La Revolución Digital está produciendo que absolutamente todos los sectores de nuestras economías, todos los modelos de negocio, tengan que adaptarse y evolucionar. Abre un campo de oportunidades extraordinarias para nuevas formas de pensar, impone la necesidad de la innovación. Empresas como Google, Twitter, Facebook, Tuenti o idealista, nunca podrían haber sido posible sin los cambios que impone la revolución digital y el ritmo de esos cambios. Solo aquellos que entienden las últimas consecuencias de estos cambios tecnológicos son capaces de innovar. Google no fue el primer buscador en Internet, pero sí el que entendió que se podía organizar la información de manera distinta y más eficaz; Facebook y Tuenti no fueron las primeras redes sociales, pero sí las primeras que entendieron que la tecnología permitía una nueva y más cómoda forma de mantener en contacto a la gente que se conoce; idealista no fue el primer buscador inmobiliario, pero sí el primero que supo cómo utilizar la tecnología para acabar con la frustración de buscar casa.

Nos empeñamos en seguir aplicando paradigmas antiguos a nuevas necesidades y nuevas tecnologías. Cuando abres tu forma de pensar a la solución de viejos problemas a través del poder de las nuevas tecnologías que la revolución digital nos permite, la innovación produce revolucionarios nuevos modelos de negocio con magníficas creaciones de riqueza: Google vale casi 200.000 millones de dólares en bolsa y Facebook tiene una valoración de 25.000 millones de dólares.

Y esta innovación no sería posible sin mi tercer elemento, el espíritu emprendedor. Creo que la Revolución Digital y la innovación que de ella se deriva son un caldo de cultivo muy fecundo para crear empresas. La tecnología permite crear algo extraordinariamente grande, muy rápido y con muy poco. En tan solo diez años dos estudiantes de Standford han creado un servicio llamado Google en el que se contestan más 2.500 millones de preguntas al día, en Facebook se conectan todos los días más de 500 millones de personas. Nunca antes había sido posible crear algo tan grande de forma tan rápida. Yo lo he vivido personalmente a través de idealista donde en apenas 5 años nos convertimos en la plataforma inmobiliaria más importante de España, o con Tuenti donde en apenas 3 años conseguimos hacernos con la audiencia adolescente de este país. Montar una empresa con posibilidades de convertirse en algo grande, nunca había sido más fácil y con mayores probabilidades de éxito. Internet democratiza, desintermedia y desubica; hace que llegue muy lejos lo que está cerca y nos trae cerca lo que está lejos, que David pueda con Goliat, que las grandes compañías discográficas pierdan su poder ante un artista independiente salido de YouTube, que las grandes cabeceras de periódico pierdan su poder ante un bloguero incómodo, o que una gran compañía de telefonía tengan que comprar una red social para poder competir entre los adolescentes. Aún quedan enormes problemas por solucionar: la educación, la integración del pequeño comercio tradicional en el ecommerce, la desintermediación bancaria a través de la red, la generación de energía limpia y barata, el transporte seguro… Esto no ha hecho más que empezar, existe un abanico enorme de oportunidades donde Internet y las nuevas tecnologías aún no han irrumpido como deberían, y serán dos estudiantes que ahora tienen 19 años y están aún estudiando la carrera los que utilizando estas nuevas tecnologías y bajo las condiciones necesarias creen esas nuevas grandes empresas que seguirán cambiando industrias y modelos de negocio. El Espíritu Emprendedor es el motor de todo cambio y cómo tal hay que entenderlo y cuidarlo.

Estos 3 fenómenos la Revolución Digital, La Innovación y El espíritu emprendedor, uno consecuencia del anterior son probablemente el mejor secreto para una reactivación económica y una creación de riqueza sostenible. Instituciones, organizaciones y sociedad civil deberían concentrar todo su esfuerzo en fomentar esta extraordinaria y única cadena de valor. Alinear recursos y esfuerzos en ayudar a la promoción de la tecnología, la creatividad de la innovación y la creación y expansión de empresas españolas es sin duda lo mejor que podemos hacer en estos momentos.

Estoy convencido de que si hacemos esto y lo hacemos bien podremos ver cómo pequeñas y medianas empresas tecnológicas españolas podrán estar a la cabeza de la vanguardia de este cambio tecnológico a nivel mundial. Está en nuestras manos hacerlo realidad.

Muchas gracias.

27.10.10

¿De quién es la culpa?

Según datos de la Unión Europea sólo el 23% de los internautas españoles hicieron algún tipo de compra por internet a lo largo de 2009. Este dato contrasta con el 66% del Reino Unido, el 63% de Holanda, el 56% de Alemania o el 45% de Francia. Con respecto a Estados Unidos el retraso es igualmente manifiesto: En 2009 en España las transacciones comerciales en internet no llegaron al 2% mientras los americanos hicieron un 6% de sus compras online ¿A qué se debe que teniendo en España una penetración de internet en línea con el resto de los países desarrollados sigamos tan retrasados y estancados en el tema del eCommerce?

A mi juicio son tres las razones fundamentales de esta asignatura pendiente.

La primera el retraso en el desarrollo de las infrastructuras logísticas. El comercio electrónico estará siempre tremendamente limitado si la recogida y envío de los productos siguen funcionando bajo paradigmas anteriores a internet. Los procesos y costes de los proveedores logísticos tienen que cambiar para ser mucho más ágiles en tiempo y efectivos en coste. Hace unas semanas hice una compra por internet en Estados Unidos en el Estado de Massachusetts que me entregaron en San Francisco en el mismo día. En España sigue sin haber una infrastructra logística no propietaria que permita una distribución ágil y aceptable de mercancías. Nunca podrá despegar el comercio electrónico si tengo que esperar semanas a recibir el pedido y las opciones de entrega son siempre complicadas y problemáticas.

La segunda razón es la falta de una oferta competitiva. Uno de los grandes atractivos de internet es que la oferta de producto no tiene las limitaciones del mundo físico. El 25% de los libros que puedes comprar en Amazon no están disponibles en ninguna librería física. Es ya habitual que cuando voy a comprarme unos zapatos y no tienen mi talla, me los compro desde mi móvil entrando en zappos.com. Sin embargo en España tienes mucha más oferta en el Hipercor de Pozuelo que en elcorteingles.es. Es complicado encontrar una oferta completa y competitiva en ninguna página web. Como en muchas otras ocasiones antes en otros sectores, España tiene un problema de oferta importante en el ecommerce, aunque quieras comprar online en muchas ocaciones es simplemente imposible encontrar lo que buscas.

El tercero tiene que ver con los grandes del sector y sus equipos directivos. Por miedo a una canivalización de sus ventas offline, ya disminuías por la crisis de consumo actual, los responsables de las grandes empresas que sí tienen logística y sí tienen selección de inventario, no quieren que el canal online crezca. El problema es el mismo que han vivido otros sectores como el de los clasificados, la prensa escrita o lo brokers financieros: si no te canavalizas tú a ti mismo, lo harán otros por ti; y cuando quieras reaccionar será demasiado tarde.

Éstos son a mi juício los tres grandes problemas. Mucha gente añade los métodos de pago como una de las limitaciones más importantes, pero a mí no me lo parecen: si lo que compro me llega rápido y bien, lo puedo devolver sin problemas y encuentro lo que busco, el pago no es un problema. El problema es sobre todo un problema de oferta y logística.

Artículo publicado en CincoDías el 9 de septiembre de 2010

4.7.10

Los modelos abiertos

Cuando uno estudiaba en la universidad la carrera de Ciencias Económicas y Empresariales nos decían que lo mejor que podías hacer era crear productos que retuviesen al cliente con barreras de entrada para la competencia. Más valía un negocio cuanto mayores fueran sus barreras de entrada. Si le regalabas a un cliente la maquinilla de afeitar, te asegurabas que ese cliente te compraría los recambios de hojillas durante algún tiempo. Los modelos cerrados que retenían al cliente y bloqueaban a la competencia eran el secreto del éxito.

Sin embargo, la revolución tecnológica y de internet está haciendo que todos estos principios pierdan fuerza e incluso sean contrarios a lo que debiera hacerse.

Internet se caracteriza sobre todo por el libre y muchas veces anónimo por defecto, acceso y gestión de la información. Ha supuesto una democratización en la producción y el consumo de la información. Libertad y democratización son los principios fundamentales de los modelos abiertos. El éxito de internet lleva parejo el éxito de estos principios de modelos abiertos sobre los que se sustenta. Es un cambio que viene derivado del éxito de la tecnología que lo provoca.

Y los modelos abiertos son radicalmente distintos a los tradicionalmente cerrados. Son mucho más dinámicos y competitivos. Más caóticos e impredecibles. Más innovadores y cambiantes. El éxito en los modelos abiertos es efímero y te tienes que ganar a tus clientes constantemente. No puedes dormirte en los laureles complacientes de la seguridad de tener enganchado al cliente; las barreras de entrada o no existen o tienen una naturaleza radicalmente distinta.

No poder comprar más que en la única librería que hay en tu barrio es un modelo cerrado; entrar en Amazon.com y poder elegir entre millones de libros es modelo abierto. Tener que esperar para poder leer una noticia en el periódico al día siguiente es modelo cerrado; poder entrar en internet y ver una foto en Twitter sobre algo que acaba de suceder es modelo abierto. No poder ver un vídeo que te mandan por e-mail porque es incompatible con el Windows Media Player es modelo cerrado; poder ver más de 100 formatos diferentes de vídeo en Youtube es modelo abierto. Censurar los contenidos que muestra un motor de búsqueda en internet por intereses económicos o políticos es modelo cerrado; no alterar bajo ningún concepto los resultados de búsqueda es modelo abierto. Que los Gobiernos guarden celosamente toda la información que tienen y procesan es modelo cerrado; que la Administración Obama esté haciendo públicas cantidades ingentes de información es modelo abierto. Que Apple vete aplicaciones en su iTunes Store porque compiten con su modelo de negocio es modelo cerrado; poder descargarte cualquier aplicación en el Android Market place es modelo abierto...

Podría seguir poniendo cientos de ejemplos ilustrativos de cómo nuestro mundo está cambiando como consecuencia de esta transición desde modelos cerrados hacia modelos abiertos. El que apueste por estos últimos sobrevivirá.

Artículo publicado en CincoDías el 25 de junio de 2010

16.5.10

Una curiosa correlación

Leyendo ediciones pendientes de The Economist descubrí estos días este gráfico que muestra la evolución del Ahorro Privado y la del Déficit Público desde los años 70.

Curiosa correlación que muestra como cuando gastamos como locos, el estado engorda sus arcas; cuando las cosas van mal y no nos queda otra que ahorrar, le toca al estado gastar para equilibrar la situación.

Curiosa correlación.

Datos, información y conocimiento

Hace 10 años el estudiante que quería eliminar totalmente el riesgo de no encontrar trabajo al acabar la carrera estudiaba ingeniería informática. Hoy sigue siendo una carrera con suficiente demanda, pero estoy convencido de que hay otra que será mucho más demandada en el futuro: la de ciencias actuariales y estadística.

El desafío hace 10 años era el de construir potentes infraestructuras técnicas y eficientes líneas de código para desarrollar la creciente necesidad digital del manejo y gestión de la información. Con más de 1.800 millones de personas conectadas a internet, el desafío hoy es de la interpretación y aplicación práctica de esa información.

La cantidad de información digital creada en el mundo creció un 62% en 2009 llegando a los 800.000 petabytes (un petabit son 1.000.000.000.000.000 unidades de información) y llegará a los 2 zetabytes a finales del año que viene. Hacia finales del 2006 por primera vez en la historia la cantidad de información creada fue mayor que los soportes disponibles para almacenarla. Hoy casi la mitad de la información creada no puede almacenarse: correos que se borran, cálculos que no se guardan y fotos que no se almacenan. Facebook que no existía en 2004, tiene hoy más de 60.000 millones de fotos en sus servidores, Google StreetView es uno de los mayores generadores de fotos del mundo, un coche fórmula 1 envía 20 Gigas de información por carrera desde sus 100 sensores distribuidos por toda la carrocería o la cadena de grandes almacenes de WalMart tiene una base de datos de operaciones equivalente a 167 el tamaño de la biblioteca del congreso de los Estados Unidos.

El abaratamiento de los soportes digitales de almacenamiento y el crecimiento de la capacidad de proceso de los ordenadores han hecho que la cantidad de información almacenada y procesadas crezca exponencialmente. El problema ahora es qué hacer con esa información. Hace 20 años el problema era obtener los datos que te permitiesen analizar la información. Bastaba con unas pocas muestras para conseguir esclarecedoras conclusiones. Hoy el problema es muy diferente, la información nos desborda, el problema es cómo analizar esa información para que sea relevante y pueda tener una utilidad directa en nuestras actividades y negocios.

El desafío ahora es contar con el talento necesario para que los datos se conviertan en información y ésta en conocimiento. Hace 20 años una mediana empresa contaba con pocos recursos para conocer la marcha del negocio. Hoy puede controlar las existencias, saber cuánto cuesta cada venta y cuándo y de dónde vienen los clientes. Poder analizar y entender la información que generemos será una ventaja competitiva que marcará el éxito de las empresas.

Y esto no ha hecho más que empezar. Tanto en el ámbito de la empresa como en el personal la generación de información seguirá aumentando exponencialmente. En el fondo somos animales de costumbres y por lo tanto bastante predictivos en nuestros comportamientos. El almacenamiento y análisis de la información que produce nuestra vida diaria generará servicios muy útiles y productivos. No dentro de mucho los coches con GPS serán los que hagan los mapas en tiempo real, los móviles determinarán qué sitios están de moda y los supermercados ofrecerán descuentos personalizados a los clientes. Y ese futuro no está muy lejos.

Artículo publicado en CincoDías el 14 de mayo de 2010

1.5.10

La consistencia

Cuando estudiaba la carrera me dió por hacer un trabajo sobre los estimadores estadísticos y sus propiedades. Con ganas de pasar a la historia contribuyendo al desarrollado de la ciencia, me empeñé en demostrar que bastaba con que estos estimadores estadísticos cumpliesen tan solo una de sus propiedades para que cumpliesen con su función de estimar un parámetro desconocido de la población analizada: esa propiedad era la de la consistencia.

Repelencias acedémicas aparte, creo que la consistencia es uno de los valores de marca en el markting más importantes. En un mundo donde todo cambia tanto y tan rápido, saber que una marca mantiene los principios sobre los que se sustenta, comunica confianza y seguridad. Cada vez que me proponen un cambio de logo, o una submarca o un rediseño de identidad corporativa para los productos o proyectos en los que participo, me suelo oponer de entrada no ser que haya una razón de mucho peso. Hay muchos ejemplos: cuantas veces ha cambiado Google el logo y cuantas Yahoo? Cuantas CocaCola y cuantas Pepsi? Cuantas el PSOE y cuantas el PP?

Pero el mejor ejemplo de consistencia en la marca y el marketing lo encontré hace unos meses con la presentación del iPad. Me sorprendió lo similar que era el video del iPad al primer video del iPod, con 9 años de diferencia.

Octubre 2001


Enero 2010

La misma gente, el mismo mensaje, el mismo guión... Jon y Phil llevan la misma camiseta y el mismo polo 9 años después!!! A esto llamo yo consistencia y es un activo valiosísimo para una marca.

10.4.10

La Experiencia Local

Es increíble cómo cambia todo en el mundo de la tecnología. En un par de años te cambia el panorama por completo y tu discurso se convierte en un manifiesto obsoleto si te pierdes las 3 nuevas ideas de los últimos 6 meses. Lo que está pasando con la geolocalización y el mundo de las búsquedas locales es un ejemplo de ello.

Hace 10 años utilizaba un mapa de papel o una guía local unas cuantas veces al año no mucho más. Hace 5 años, con el desarrollo de los callejeros en internet buscaba una dirección en internet o cómo llegar a una casa rural una media de una vez a la semana. El año pasado y con el desarrollo tan tremendo de la tecnología de la geolocalización y sobre todo su integración en móviles, había llegado a incorporar el consumo de mapas en mi vida diaria, hasta el punto de utilizarlo varias veces al día: buscar el número de teléfono de un restaurante, cómo está la autopista de atascada, cómo llegar hasta mi reunión en transporte público o poder ver si tengo aparcamiento disponible a través de StreetView. Los mapas digitales se han convertido en una parte esencial de mi actividad diaria, no entiendo cómo pude vivir sin ellos durante tantos años.

Lo curioso es que en los últimos meses esos mapas digitales que hace tan solo un año revolucionaron tanto mi vida diaria están a punto de convertirse en irrelevantes o meros commodities. La semana pasada se celebró en San José California el congreso Where2.0 donde se dan cita los protagonistas mundiales de la geolocalización y los mapas. Mi conclusión más inmediata es que los mapas serán en sí mismos cada vez menos importantes y lo relevante de verdad serán los servicios que se construyan sobre ellos. Servicios como Foursquare, Gowalla, Brigthkite o Goodrec son ejemplos evidentes de iniciativas que está revolucionando este espacio.

A mi juicio tres los elementos fundamentales de esta transformación: la identidad digital de los sitios geográficos, las redes sociales y el móvil.

El primer aspecto fundamental es la creación de lo que ha venido en llamarse la “Place Page” - no me ocuparé yo de buscarle una traducción adecuada al español :) y representa la identidad en internet de una pequeña empresa, un museo, o la casa de uno. Es la evolución natural del antiguo listado de los directorios, pero enriquecido con el poder multimedia y de vínculos que internet permite. Esta estandarización de identidades posibilita que el mundo físico tenga una presencia digital con la que pueda interaccionar.

El segundo elemento son las redes sociales que van a incorporar esas “Place Pages” o identidades digitales de lugares físicos a los mapas sociales, de forma que en Buzz, en Tuenti o en Facebook puedas interaccionar con lugares físicos como lo haces con tus amigos. Los mapas sociales adquirirán una dimensión matricial al incorporar esas Place Pages.

El último elemento y el más importante es la herramienta móvil que dada su capacidad de convertirse en nuestro ordenador más cercano y su habilidad de geoposcionar los contenidos va a hacer de catalizador de esas “Place Pages” y redes sociales para crear toda una nueva dimensión de interacción y servicios.

Y todo esto acaba de empezar. Estoy convencido de que los próximos años estarán marcados por estos servicios donde el mapa será cada vez menos importante.

Nota: Primer post que escribo desde mi iPad :)
Artículo publicado en CincoDías el 9 de abril de 2010

3.4.10

Mi jefe no se entera

Estoy con mi ordenador portátil en el avión de Nueva York a San Francisco y me dispongo a escribir unas líneas para la revista Ideas sobre el momento de internet y las nuevas tecnologías. Casi por inercia iba a empezar a escribir sobre las consecuencias tan profundas que los cambios tecnológicos están produciendo, cuando se me pierde la mirada en el siempre inoportuno carro de bebidas y me doy cuenta del cúmulo tan enorme de cambios que se están produciendo a nuestro alrededor y de los que aún no hemos ni siquiera acariciado la magnitud de sus consecuencias.

Despegando la mirada del carrito de las bebidas descubro que este ordenador portátil está conectado a un enchufe y tiene internet a 35.000 pies de altura y 700 km/h. Acabo de hablar por video conferencia con un par de persona en mi oficina a través del chat de mi correo Gmail, donde por cierto puedo encontrar cualquier correo de mis últimos 5 años en décimas de segundo. En el bolsillo tengo un teléfono con el que hago más cosas que con mi ordenador de hace 3 años, y donde tengo más de 3.500 canciones, la música que he ido recopilando a lo largo de toda mi vida. Miro a mi alrededor y tengo a 3 personas leyendo libros electrónicos, dos Kindles y un Sony Reader. He pedido mi comida a través de la pantalla táctil de mi asiento que la azafata de VirginAmerica me ha traído en dos minutos… podría seguir describiendo una vida que para mí es ahora normal y hace tan solo unos años era auténtica ciencia ficción.

La velocidad con la que los cambios tecnológicos se están incorporando a nuestras vidas tiene una doble peculiaridad sobre la que debemos reflexionar. Por una parte tardamos muy poco como usuarios en acostumbrarnos a estos cambios y a hacerlos parte natural de nuestras vidas. Por otra parte contrasta esta facilidad con la que los consumidores asumimos estos cambios, con la dificultad de incorporar estas mejoras tecnológicas a los modelos de negocio y los entornos empresariales: muchas oficinas tienen ordenadores de más de 3 años con conexiones limitadas a internet . Pero el problema más importante en esta disparidad entre consumidores y corporaciones, no es el espacio que les separa en el estado de adaptación a las nuevas tecnología, sino la incapacidad de los equipos directivos de las empresas para tomar decisiones que corrijan esta situación.

Es un problema estructural que hace que la dificultad inicial se haga aún más aguda. Los ejecutivos con más poder de decisión son lo que menos quieren arriesgar y los que por naturaleza menos entienden las implicaciones de los cambios tecnológicos. Saben cómo gestionar sus negocios con las reglas del pasado, pero no llegan a entender las implicaciones de los cambios que ya son parte de nuestras vidas. Vivimos en un mundo donde los cambios tecnológicos son cada vez más rápidos y de dimensiones cada vez mayores. Y tenemos un problema: los equipos directivos de nuestras grandes empresas están en otra guerra, la guerra de ayer, no la de mañana.

27.2.10

El fin de los contenidos mediocres

En julio de 2006 Chris Anderson publicó su libro “The Long Tail” donde nos vaticinaba que Internet iba a acabar con la tiranía de los grandes éxitos. La limitación de espacio físico de las tiendas hace que solo se promocionen los productos que más se venden; de esta forma los libros, vídeos y discos de nicho, los de audiencia pequeña tienen de entrada muy limitado su éxito. Con la llegada de Internet donde no hay limitación a "las estanterías" que puedes tener en tu página web, esto se acaba: el 25% de las ventas de Amazon corresponden a títulos que nunca podrán comprarse en una tienda; el 21% de las películas en Netflix no pueden alquilarse en ningún videoclub; el 40% de los discos de Rhapsody no pueden comprarse en ningún gran almacén. Según Anderson, Internet reduciría la venta de los grandes éxitos en favor de las creaciones de nicho, se produciría un movimiento de la cabeza de la curva hacia la parte larga de la curva en términos estadísticos.

Pero resulta que va “New Moon”, la peli quinceañera de vampiros y bate en EE.UU el record histórico de taquilla en día de estreno con 73 millones de dólares. “Avatar” la historia de amor en 3D de alienígenas y humanos lleva recaudados 2.500 millones de dólares batiendo otro record histórico. En televisión la Superbowl de este año en EE.UU. ha roto el techo de audiencia de todos los tiempos con 113 millones de personas. Las ventas de canciones Top 1 en el Reino Unido han subido un 10% entre 2004 y 2008. Ejemplos similares podríamos encontrar en la industria del libro. ¿Dónde está el fin de los grandes éxitos que auguraba Anderson? ¿Cómo es posible que tras el éxito de internet en dar visibilidad a los pequeños, los grandes éxitos sigan batiendo records históricos?

La respuesta es que Anderson tenía razón solo en parte. Es cierto que Internet supone el fin de la tiranía de la limitación del espacio físico permitiendo a los contenido de nicho tener una visibilidad y por lo tanto un mercado que antes les estaba vetado. Pero el error de Anderson es que el trasvase de audiencia no es en perjuicio de los grandes éxitos, sino en perjuicio de los contenidos mediocres, esos que están entre los puestos 300 y 400 en las listas de ventas, esos que antes tenían sitio en las grandes superficies y en los grandes canales de televisión solo porque no había otra cosa: éstos son los que están abocados a su desaparición.

Internet ha dado a los pequeños y buenos en sus nichos una oportunidad que antes nunca habían tenido. Pero también está haciendo que los grandes sean aún más grandes. Internet hará que los grandes éxitos sean aún más grandes y no más pequeños como esperaba Anderon. La franja media de contenidos que ni son apreciados por grupos minoritarios, ni tiene posibilidad de convertirse en grandes éxitos son los que están reduciendo drásticamente su consumo. Esos que solo se compraban porque no había otra cosa.

Ahora como Internet permite especializar el consumo, comprando los contenidos que realmente queremos cuando queremos, los contenidos indolentes, el que comprábamos porque no había otra cosa se está acabando. Este es el gran beneficio de Internet en la industria de contenidos. Si no añades valor, bien a la masas, bien a los nichos, desapareces.T

Artículo publicado en CincoDías el 26 de febrero de 2010
Para este artículo he utilizado como base un artículo de The Economist, el libro de The Long Tail y las estadísticas de ventas de películas Box Office Mojo.

10.1.10

soy yo o algo tocho está a la vuelta de la esquina?

Sé que no soy un caso normal, pero hoy repasando lo que he hecho durante el día me he dado cuenta de que la tecnología está a punto de caramelo para por fin producir cambios importantísimos en nuestra vida cotidiana. A las pruebas me remito:

Me he levantado y como lo que tengo más a mano es el teléfono, he mirado mi correo en el iPhone, que aún uso :) y que como está conectado con mi Airport Extreme va como un tiro. Después de un desayuno sanísimo de frutas con mi nuevo yogurt preferido del que he sabido todo gracias a su fantástica página web, he decidido que como mi nuevo NexusOne tiene una integración estupenda con Picasa, era el momento de ordenar todas mis fotos en Picasa y subirlas PicasaWeb para que se sincronicen automáticamente con el NexusOne.

Hace unas semanas me regalaron una tarjeta de Eye-Fi y hoy me he decido a configurarla. La tarjeta es de 4 Gigas y se conecta con las WiFis que le digas de forma que las fotos se pasan a tu ordenador y se suben a la web automáticamente, sin tener que enchufar la cámara o cargar la tarjeta. Además las fotos se geolocalizan automáticamente también.

Luego me he ido a comer con un amigo. He descubierto el sitio en Google Maps sin saber lo que buscaba, es la primera vez que descubro en vez de buscar en Google Maps. He podido aparcar justo enfrente pues con StreetView he podido ver dónde estaba el restaurante y los horarios de parking de pago.

Después de papear me he ido a correr. Me he llevado mi iPod nano, que lo tengo petao de música que me gusta y con la opción genius me la mezcla como el mejor DJ. Me he pegado una vuelta al Golder Gate park de 45 minutos. De camino de vuelta a casa me he puesto Pandora que siempre me descubre alguna canción nueva.

Al llegar a casa, me he hecho un té verde y he picado algo de queso mientras me preparaba un baño hasta arriba de espuma con velas; lo sé el colmo de la decadencia, pero para mí es uno mis gustazos de finde.

Me han llamado por teléfono mientras se me arrugaban las yemas de los dedos. Al salir del baño he mirado mi Google Voice y visto quién me había llamado, y desde el mismo ordenador he devuelto la llamada. Cuando más utilizo Google Voice más veo el potencial tremendo que tiene, sobre todo como gestor centralizado de todas las llamas de voz. Tengo mis buzones de voz redirigidos a Google Voice, de forma que cuando me llaman a cualquiera de mis teléfonos y no lo cojo, salta primero al resto de mis números y si no lo cojo tampoco salta el buzón de voz de Google Voice. El mensaje dejado se transcribe a texto y no solo queda archivado con mis correos de gmail, sino que me envían un SMS a mis móviles con el texto del mensaje.

He visto las noticias de España y las de EE.UU. en los Podcasts de iTunes en mi AppleTV, que he manejado desde mi iPhone con la aplicación Remote que no necesita de infrarrojos.

En un rato me voy al cine a ver una película que he escogido con unos amigos a través de la selección de Google y he comprado las entradas en internet, sabiendo que tendré asiento un sábado por la noche y dónde me voy a sentar. Después del cine nos iremos a cenar a un japo que hemos reservado a través de OpenTable. Si nos apetece ir a otro sitio, siempre podré cambiar la reserva a través de la aplicación móvil de OpenTable.

Y todo esto no es ciencia ficción y solo para frikis. Creo que se están juntando tres elementos fundamentes que hacen que estamos en un punto de inflexión importante.

Por una parte el usuario ya es conscientes del mundo de posibilidades que se abren con toda esta innovación y la demanda de estos servicios es creciente. Por otra parte la tecnología ha conseguido desarrollar productos y servicios estables, usables y asequibles económicamente con masa crítica de contenidos que los hacen útiles. Por último las empresas proveedoras de estos servicios han conseguido crear modelos de negocios rentables que les permite seguir invirtiendo no solo en escalar lo que hacen sino en seguir innovando.

Estos tres elementos, si la economía y le geopolítica no lo aborta, seguirán combinándose de forma que a lo largo de los próximos años vamos a ver cambios extraordinarios en la cantidad de cosas que hacemos y cómo las hacemos. Y una de las cosas que más me preocupa es nuestra forma de entender lo que hacemos y cómo lo hacemos no se va a adaptar tan rápido como estos cambios. Nunca la diferencia entre los que se adapten a las nuevas tecnologías y los que no será tan grande y con consecuencias tan importantes como ahora.

Llevo meses con subidón de tecnología. ¿Soy yo o algo tocho está a la vuelta de la esquina?

8.1.10

El año del Libro Electrónico

Me gustaría aprovechar este cambio de año para hacer de nuevo un vaticinio de lo que estará en el punto de mira de las nuevas tecnologías en el 2010.

Este año lo tengo fácil: el 2010 será el año del libro electrónico, del eReader. Según la consultora iSuppli en 2009 se vendieron 5 millones de unidades y se estima que en 2010 se venderán 12 millones más. Más del doble de lo que vendió el iPod en sus 3 primeros años de vida. El libro como soporte tiene más de 2.000 años de historia, no necesita pilas y no hay que apagarlo cuando despegan los aviones, pero tiene limitaciones importantes a la hora de transporte, almacenaje, conservación y precio.

A lo largo de los últimos años se han producido cambios importantes en la industria del libro y en la tecnología de los dispositivos de lectura electrónica que van a permitir que en 2010 se llegue al punto de inflexión donde la lectura del libro electrónico se convierta ya en un fenómeno de masas.

Estos cambios son de dos naturalezas distintas. Por una parte cambios importantes en la tecnología y por otro en los contenidos y modelos de negocio.

Los cambios de la tecnología son fundamentales y condición necesaria. El 90% de los libros electrónicos que existen hoy en el mercado utilizan una tecnología llamada eInk, que permite leer a la luz del día, no cansa la vista y consume poca energía haciendo que la duración de las baterias sea mucho mayor. Los más populares eReaders del mercado utilizan esta tecnología: el Kindle de Amazon, el Reader de Sony, el Nook de Barnes&Noble o el QUE de PlasticLogic que se presentó ayer en Las Vegas. Esta tecnología tiene aún importantes limitaciones como el sólo poder mostrar textos e imágenes en blanco y negro, y tener un tiempo de espera en el cambio de imágenes de medio segundo (parece poco pero es una eternidad para el ojo humano y hace que el uso de video sea imposible). Aunque la tecnología no está aún perfeccionada es suficientemente "usable" como para que millones de persona devoren sus libros preferidos delante de una pantalla electrónica, aunque de momento sea en blanco y negro.

En segundo lugar ha sido necesario un cambio en la generación de los contenidos para que los libros puedan leerse en estos formatos. Éste es quizá el elemento más importante del cambio. Como en la música y en el video, los contenidos digitales de los libros cambiarán al formato digital. Es inevitable. Si la industria del libro no controla ese cambio lo harán los usuarios, convirtiendo de forma desorganizada los contenidos a PDFs u otros formatos. Esfuerzos organizados como los 390.000 títulos disponibles en Amazon o los 500.000 títulos que Google Books hizo compatibles con el Reader de Sony en mayo de 2009 son fundamentales. Es importante enternder que no hay marcha atrás en estos cambios; que si quieren evitar los traumas de otras industrias de contenidos hay que tomar la initiativa y controlar esta transición.

Los miedos de los más inmovilistas están infundados: se va a leer más que antes, se van a vender más libros y los editores que sepan hacerlo bien, ganarán más dinero. Ahora si lo que quieren es seguir haciendo negocio como lo hacían hace 50 años, eso lamentablemente no será posible. Resistencia al cambio no es lo mismo que protección de una industria, y muchos siguen confundiendo ambos conceptos.

De momento lo que tengo muy claro es que el 2010 será el año del libro electrónico y hablaremos mucho de todo esto a lo largo de los próximos meses.

Artículo publicado en CincoDías el 8 de enero 2010

30.12.09

La tele, internet y la publicidad

Hace tiempo que quería juntar unos gráficos que a lo largo del 2009 me han parecido muy interesantes con respecto a la industria de la televisión, internet y la publicidad. Son todos datos para Estados Unidos, pero representativos. Ahí van.

1. En 10 años los grandes de la tele se ven casi la mitad. No creo que sea menos tele, se ve de otra forma, en concreto por internet.


2. Las noticias dejan de consumirse por la tele y los periódicos e internet duplica su audiencia.


3. La caída en los ingresos publicitarios en lo períodicos se debe fundamentalmente a los formatos tradicionales y las secciones de clasificados... y algunos se empeñan en seguir defendiendo lo de siempre.


Food for thought en todos ellos. Feliz 2010. Va a ser un año increíble para internet y la tecnología, ya lo veréis!!


15.12.09

Educación e Internet

El pasado viernes 27 de noviembre participé en un debate en el foro Educared organizado por la Fundación Telefónica. Entre casi 2.000 personas pude debatir acerca del futuro de la educación y me comprometí a continuar la apasionante discusión en un foro público.

Mi premisa fundamental con respecto a la educación y las nuevas tecnologías es la siguiente: Internet ha puesto patas arriba casi todas las industrias que ha tocado. Desde cómo compramos billetes de avión, cómo accedemos a la información de nuestro banco, cómo compramos la música que nos gusta, cómo buscamos casa o cómo leemos las noticias. Sin embargo las matemáticas se siguen enseñando igual que hace 150 años: un timbre suena, los niños entran en una clase, se sientan en un pupitre, un maestro se sube a una tarima, coge una tiza, escribe en una pizarra, los alumnos toman apuntes pasivamente y al final de trimestre, el profesor les hace un examen escrito que después de unos días que tarda en corregir, transforma en la nota que sirve de evaluación al alumno. Me parece increíble que Internet, que tanto ha cambiado a tantas industrias haya hecho tan poco por la educación en general.

La situación se agrava aún más pues los estudiantes, dada su congénita permeabilidad a la asimilación de lo nuevo, son los usuarios primeros y más avanzados de las nuevas tecnologías. Los niños que ahora son alumnos los hemos venido en llamar nativos digitales, y son precisamente los usuarios más activos del mundo de internet.

Es adicionalmente paradójico que no solo Internet haya penetrado tan poco en las aulas, sino que precisamente le público más preparado para hacer algo en Internet es el que menos acceso a ello tiene. El estudiante de 2009 cuando entra en el aula entra en un tunel del tiempo que le aleja de la normalidad de su vida, tuenti, YouTube, email y teléfono móvil para utilizar unas herramientas que ya solo utiliza en el aula. Al joven estudiante se lo estamos poniendo mucho más difícil al tener que aprender a aprender con metodologías y herramientas que nunca utilizará en su vida real.

El primer desafío es el del acceso. No hay duda de que lo que primero que necesitan los niños son ordenadores y buenas conexiones a Internet. Pero a mi juicio le estamos dando demasiada importancia a este punto. Cientos de miles de ordenadores en la aulas servirán de poco si no cambia la metodología. El problema no es que los niños no tengan ordenadores, sino qué hacen los niños con esos ordenadores. El desafío más importante es desarrollar nuevas metodologías de aprendizaje que combinen la presencia física con las nuevas tecnologías: las clases de geografía debería impartirse utilizando Google Earth; los trabajos de investigación deberían ser blogs sobre los que el resto de los alumnos pudiesen contribuir y comentar; parte de las clases necesitarán desarrollarse a través de herramientas colaborativas como Google Wave donde tanto alumnos como profesores podrán trabajar en tiempo real; los problemas de matemáticas se podrían resolver en hojas de cálculo compartidas; y las redacciones podrían ser documentos escritos compartidos con vídeos de YouTube creados y subidos por los alumnos.

Tenemos ante nosotros tremendas oportunidades de aplicar herramientas que ya existen y son utilizadas por los jóvenes a los procesos educativos. Los maestros tienen que ser también maestros de la nuevas tecnologías y tienen que ser más freakies que los propios alumnos en el uso de ellas. El título de magisterio debería tener un requisito imprescindible de ser absoluto experto en los medios digitales e Internet.

Artículo publicado en CincoDías el 11 de diciembre de 2009

7.11.09

Software is King

La industria de la tecnología no ha sufrido mucho en esta crisis. No solo no ha sufrido, sino que ha salido fortalecida. Vemos en este gráfico de un artículo de The Economist reciente, como la inversión en tecnología ha crecido como porcentaje de la inversión total en EE.UU.

Lo que me parece más interesante aún, es como el Software se convierte en el elemento más importante de las inversiones. Y esto dentro de un tendencia en la que el software es cada vez más barato o gratis. Interesante...

Música maestro!

El pasado 28 de octubre presentamos en Google nuestro producto de búsqueda de música. Desde mi equipo organizamos un evento en Los Ángeles donde dimos cita a gran parte de los protagonistas de lo que será la industria de la música en los próximos años: compañías discográficas, cantantes, grupos de renombre y empresas punteras de internet como Lala or iLike. El evento tuvo lugar en la sede de Capitol Records, en los estudios A y B donde grandes artistas como Frank Sinatra, Paul Mcartney o Nat King Cole grabaron sus grandes éxitos. En la preparación del evento pude utilizar las oficinas casi vacías de los ejecutivos de Capitol Records: amplios espacios con equipos para reproducir cintas de cassette, DVDs y discos de vinilo. Se respiraba una decadencia que más que presagio era evidencia cierta de una muerte inminente. Sin duda alguna la forma de producir y distribuir música en el 2010 no tiene absolutamente nada que ver con cómo se hacía hace tan solo 10 años. El esplendor de esos estudios ha sido sustituido por el MP3, el iPod y Spotify.

L a música es un elemento fundamental de nuestras vidas, en cualquier cultura y a lo largo de la historia. Dos de las búsquedas más populares de todos los tiempos en Google tienen que ver con música. Los términos “letras” y “música” están en el top 10 de las búsquedas de Google en inglés. Pero ¿cómo ha afectado internet a la música y en qué medida?
A mi juicio Internet ha sido el catalizador más importante de la evolución de la industria de la música. Y lo ha hecho en tan solo 10 años en cuatro pasos.

El primero fue la necesaria transición del formato analógico al digital que se produjo con el DVD en los 90. El hecho de que la música estuviese codificada en este formato digital ha hecho que pudiese almacenarse y compartirse más eficientemente.

El segundo fue la aparición de un dispositivo que permitiese que el consumo de esa música digital fuese más cómodo y asequible que el viejo paradigma de un disco intercambiable con un reproductor. La aparición del iPod en el 2001, del resto de los reproductores de música digital ha fundamental. Apple ha vendido hasta la fecha más de 220 millones de iPods.

El tercero son los servicios para compartir música o los P2P. Estos servicios han contribuido tremendamente al éxito de la difusión de música por internet, pero han sido también uno de los lastres más gravosos. El hecho de que no se respete la propiedad intelectual y el artista no tenga control sobre las distribución de su obra ha supuesto una de las trabas más importantes en esta transición al modelo digital. La Federación internacional de la industria de la discografía estima que el 95% de las descarga de música en el mundo continúan siendo ilegales.

El cuarto elemento es el Cloud Computing. El cambio hacia aplicaciones y contenidos que no residen en tu ordenador, sino en los servidores de los grandes proveedores de internet, está permitiendo que podamos comprar y compartir música sin miedo a perder las copias compradas y de forma legal.

Internet es la plataforma en la que estos cuatro elementos se combinan para hacer que se consuma más música que nunca y de la forma más eficiente. Pero uno de los problema intrínsecos de internet es la dificultad de control en la distribución y el consumo de contenidos. Precisamente el secreto de su éxito es también uno de sus problemas más importantes. Sin embargo no tiene ningún sentido renunciar a los beneficios tremendos que nos da Internet. Es el desafío de todas las partes afectadas el encontrar un modelo donde todas las partes salgan ganando. Como digo casi siempre, y es que es cierto, estamos al principio de lo que internet va a permitir que hagamos con la música que nos gusta, la que conocemos y la que no conocemos y estamos aún por descubrir.

Artículo publicado en CincoDías el 6 de noviembre de 2009

31.10.09

Los grandes

En un artículo de Cloud Computing reciente, The Economist mostraba la capitalización bursatil de los grandes del próxima fase de la revolución digital en la nube.

Me sorprende ver cómo Apple después de seguir muy de cerca el valor en bolsa de Google, se ha despegado con un 30% más de valor. Su éxito con 50 millones de iPhones vendidos en dos años lo justifica. Pero creo que en la batalla del Cloud Computing lo va a tener un poco crudo como no se pongan las pilas.

Para cuando el iTunes in the Cloud?

18.10.09

La imparable Revolución Digital

Tengo una pregunta importante: ¿por qué Internet ha crecido tanto y tan rápido en los diez últimos años? ¿cómo es posible en tan solo una década el 25% de la población mundial esté conectada a Internet? ¿cómo es posible que en pocos años haya conseguido 1.400 millones de usuarios y miles de millones de euros en facturación de negocio?

La televisión tardó 60 años en cubrir todo el planeta. El primer modelo comercial salió al mercado en abril de 1928, en España la recibimos en los años 50 y algunos países africanos tuvieron que esperar hasta los 90 para ver las primeras emisiones locales. La máquina de vapor aparece en 1712 pero no es hasta principios del siglo XIX que se comienza a aplicar a vehículos de transporte.

Los cambios tecnológicos requieren de períodos de adaptación. No solo por el necesario componente de nueva infraestructura que requieren, sino por la necesaria maduración de formas de pensar y entender que permite la creación de nuevos modelos de negocio que hacen que esos cambios tecnológicos sean sostenibles económicamente.

Y es que creo que Internet no es un cambio tecnológico en sí mismo, sino la consecuencia de varios cambios estructurales que se han venido dando a lo largo de los últimos 40 años y que han confluido en la aparición de Internet. La gran revolución de la red de los últimos diez años no hubiese sido posible sin la gestación pausada de otra revolución aún más importante: la revolución digital.

La revolución digital tiene a mi juicio 4 componentes fundamentales: la capacidad de almacenamiento de memoria electrónica, la potencia en los procesadores, el ancho de banda en la conexiones telefónicas de datos y el número de puntos de acceso a la red. Veamos cómo ha evolucionado cada uno de ellos hasta el punto de ser los catalizadores del crecimiento exponencial de Internet.

Hace 20 años el almacenamiento de información digital era limitado y muy costoso. Hoy es posible guardar gigas de información a un coste marginal muy reducido. Para poder procesar la información es necesaria almacenarla. Se suben 15 horas de video a YouTube cada minuto, esto no sería posible sin una capacidad inmensa de almacenamiento a un precio muy reducido.

La potencia de proceso de los ordenadores es quizá el elemento más importante. Según la ley de Moore, uno de los fundadores de Intel, el número de transistores que se puede incorporar a un circuito integrado se duplica cada 18 meses. Es una ley que se ha demostrado válida a lo largo de los últimos 45 años y que permite que los ordenadores pueden hacer más y más rápido a una velocidad de cambio exponencial.

La red no sería posible si los ordenadores no pudiesen estar conectados y trabajar en remoto. La capacidad de la red telefónica para transmitir no solo voz, sino datos también ha sido un elemento fundamental para la aparición de Internet.

El hecho de que se pueda acceder a Internet no solo desde un solo ordenador, sino desde varios, incluido el móvil hace posible la ubicuidad en el consumo de la información, otra pieza clave en el desarrollo e Internet.

El ritmo vertiginoso de evolución de estos 4 elementos es el secreto del éxito tan tremendo de Internet. No deberíamos hablar de revolución de Internet, sino de revolución digital. Solo desde un seguimiento cercano de la evolución de estos parámetros es posible entender las últimas consecuencias de lo que supone Internet.

Artículo publicado en CincoDías el 2 de octubre de 2009

5.9.09

Somos unos piratas

Rara vez somos los primeros en los gráficos del Economist. Pero últimamente entre los datos del paro, la caída del precio de la vivienda y las descargas ilegales de internet, estamos que nos salimos.

Un 33% de los internautas en España reconoce descargarse música ilegal. Un amigo me dijo una vez que yo era el único tonto que conocía que pagaba por la música en internet :)

Las buenas noticias son que aunque no está bien ser los primeros en estas cosas, pone de manifiesto el potencial que un servicio que tuviese sentido podría tener en España. Muchos modelos se están probando y muchos otros aparecerán muy pronto. Mientras el CD muere aún no tenemos un modelo de negocio que sea el claro siguiente paso en la rápida historia de los soportes musicales.


http://www.economist.com/businessfinance/displaystory.cfm?story_id=14140633

La tragedia de los periódicos locales

A lo largo de los últimos años todos los medios publicitarios han visto disminuir sus ingresos publicitarios, pero los periódicos locales o regionales son los que más lo han sufrido.

En este gráfico del Economist vemos cómo ha descencido la inversión en cada uno de los medios en todo el mundo. Sin duda alguna la transicción de los clasificados a internet es la causa más importante de esta reducción de inversión.


http://www.economist.com/world/britain/displaystory.cfm?story_id=14082998

3.9.09

reforma de la sanidad

El gráfico del economist de esta semana son dos. Tienen que ver con la reforma de la sanidad en Estados Unidos. Las discusiones están centradas entorno a la cobertura universal y quién pagará por ella. Creo que, como demustra el gráfico de abajo, la discusión hay que centrarla sobre todo entorno al excesivo coste de la sanidad en EE.UU.

Creo que a lo largo de los últimos 30 años todos los agentes de la industria de la sanidad han contribuido a un encarecimiento innecesario de los costes. Hacer una reforma sin plantearse una revisión de las estructura de costes profunda me parece un error.

Estos dos gráficos son muy elocuentes.


22.8.09

Más que mil palabras

Cada semana cuando leo el Economist, encuentro un gráfico que explica perfectamente muchas cosas en unos pocos trazos. Creo que es una de las cosas que más me gustan de la publicación.

Y he decidido cortar y pegar (gran habilidad de los últimos años y maravilla de la tecnología que internet no ha hecho más que multiplicar) los gráficos que más me vayan gustando.

Aquí va el primero: la evolución de las líneas de teléfono de los Estados Unidos. A comienzos del 2009 por primera vez en la historía hay más hogares con sólo teléfono móvil que con línea fija.


Artículo entero

19.8.09

simplicidad

Esta es la nueva página de inicio de Sequoia Capital. A su lado Google parece un caos.

http://www.sequoiacap.com/

2.8.09

La magia de la Competencia

La reciente recesión económica ha puesto de manifiesto importantes deficiencias en el sistema económico del capitalismo, pero no por ello deben olvidarse sus provechosas virtudes. Las economías de mercado, debidamente reguladas, tienen enormes beneficios, y quizá el más importante es el de la libre interacción de la oferta y la demanda, fijando el muy útil instrumento del precio, que no solo sirve para el intercambio organizado de bienes y servicios, sino para informar a los agentes de esos mercados de excesos o carestías en función de su variación.

Uno de los efectos derivados de esas interacción de oferta y demanda que a mí más me fascina es la dinámica de la Competencia; y en el sector de las nuevas tecnologías esta dinámica es la mar de interesante. Cuando alguien tiene una brillante idea y hace de ella un innovador modelo de negocio, esa persona tiene la gran suerte de poder fijar el precio que piensa es más adecuado. Generalmente la demanda es lo suficientemente elástica para aceptar un precio que produce importantes beneficios para el inventor. Pronto esos suculentos beneficios atraen el interés de otros productores que intentan hacer algo similar convirtiéndose en competidores; esta competencia crea un exceso de oferta que hace que los precio se reduzcan hasta que el efecto llamada desaparece. La competencia tiene el gran beneficio de contribuir no solo a la mejora de la calidad del producto, sino también a presionar los precios hacia abajo haciendo que los productores optimicen sus gestiones. La luna de miel del innovador tiende a durar relativamente poco si el invento demuestra tener éxito. Esto lo hemos visto en industrias como el automóvil, los electrodomésticos y ordenadores personales por ejemplo.

Si eres capaz de crear barreras de entrada potentes, la réplica de tu modelo de negocio es complicada y te aseguras la protección de los amplios márgenes y suculentos beneficios, poniéndoselo muy complicado a la competencia. Pocas veces en la historia se han conseguido crear, de forma no impuesta por la ley, estas barreras de entrada. Hay algo intrínseco a las industrias de software e Internet que hace que estas barreras de entrada sean muchas veces parte necesaria del propio modelo de negocio: cuanto más extendido está el uso de un sistema operativo, más valor tiene como sistema operativo y a su vez más difícil se lo pone al nuevo que quiera intentarlo; cuanto más se busca con un buscador más información tiene ese buscador para dar mejores resultados en la siguiente búsqueda; cuantos más anuncios se pongan en un portal inmobiliario más sentido tiene que venga más gente a buscar a ese portal, y a su vez más sentido tendrá que se pongan aún más anuncios; cuanta más gente haya en una red social más sentido tiene que yo forme parte de ella pues encontraré a todos mis amigos, y al formar yo parte contribuyo a que la red tenga más valor aún. Las economías de escalas son no solo el secreto del éxito en la industria del software e Internet, sino la garantía de la creación de importantes barreras de entrada que protegen amplios beneficios.

Sin embargo, dado el rapidísimos ritmo de innovación en esos sectores, esas hegemonías son fácilmente abatibles por cambios disruptivos en la propia tecnología, haciendo que la competencia no venga de alguien que hace algo similar a ti, sino de alguien que hace algo mucho mejor a través de una nueva tecnología. Y estos cambios suceden a una velocidad cada vez mayor. La competencia en Internet también existe, es buena y nos fuerza a todos a no perder el tren de los cambios tecnológicos.

Artículo publicado en CincoDías el 31 de julio de 2009

28.7.09

Google Voice

Ya tengo Google Voice público.
Si alguién tiene un número americano y la quiere probar que pinche en el icono del teléfono, meta el número americano y lo pruebe :)



Actualización a la luz de los problemas que tiene la peña.
Lo tengo configurado para que vaya directamente a mi buzón de voz, y no estar recibiendo llamadas todo el día :) Al meter vuestro número de teléfono (tiene que ser un número americano) Google Voice os llama y os conecta con mi buzón de voz en el que podeis dejar un mensaje.

15.6.09

ReDescubrir América

Estados Unidos sigue siendo la mayor economía del mundo. China mantiene su intrépido ritmo de crecimiento acercándose cada año más pero aún le queda un buen trecho. Con 14 billones de dólares de producto interior bruto al año la economía americana sigue a la cabeza, mientras la china no alcanza los 4.5 billones.

Son muchas las voces que vienen anunciando el ocaso del gran imperio del siglo XX. Tienen el mayor déficit por cuenta corriente del mundo con más de 700 miles de millones de dólares, lo que supone un 3.3% de su economía. En 10 años han pasado de tener superávit público a tener un déficit presupuestario de más del 13%, el mayor del mundo desarrollado. El paro sigue creciendo y en máximos históricos del 9%. Históricas cabeceras de periódicos cerrando y grandes emblemas de su economía como General Motors en banca rota. Sin embargo puedo decir que desde mi experiencia desde las entrañas de su economía, sigo viendo algo muy potente y estructuralmente poderoso en esta economía.

El divertido libro “The Culture Code” su autor Clotaire Rapaille nos convence de que las culturas responden a clichés con los que los miembros de esas culturas se sienten cómodos y se identifican. Son muchos los factores que contribuyen a la consolidación de estos clichés. Así los americanos son jóvenes, inmaduros, superficiales, traviesos e ingenuos. Pero estas características tienen un gran valor para la innovación. Los americanos son expertos en encontrar oportunidad en la adversidad, tienen una baja aversión al riesgo y una inagotable energía vital. La juventud de su cultura les da un dinamismo que pocas otras economías desarrolladas tienen.

Este dinamismo tiene dos efectos muy importantes. Uno de oferta y otro de demanda.
Por el lado de la oferta, el secreto de la productividad de su economía está precisamente en una destrucción creativa que identifica los virus de la obsolescencia y los ataca con investigación e innovación. Start-ups desafían constantemente la hegemonía de los grandes buscando siempre algo mejor. Incluso en tiempos de expansión económica, la economía americana pierde el 15% de sus puestos de trabajo que son reemplazados por otros nuevos.

Por lado de la demanda, el consumidor americano sabe lo que quiere y no se calla hasta que lo consigue. Esto hace que los productos y servicios sean muy competitivos. América no es solo el mayor mercado único del mundo en solo territorio y con una sola moneda, sino que sus consumidores tienen el bolsillo dispuesto a probar cosas nuevas y decir lo que piensan de ellas sin reparos. El iPod copió una tecnología que ya existía y creó algo que no era perfecto, pero que los americanos compraron y criticaron. Con los ingresos de esas primeras ventas de principios de los 2000s y escuchando las críticas de los usuarios Apple ha conseguido invertir y fabricar un producto competitivo a nivel mundial.

Por todo esto, el mercado americano no es solo una gran oportunidad para empresas españolas para vender sus productos, sino que supone además una escuela y un campo de batalla muy efectivo para mejorar productos y servicios. Según StepOne, una compañía que pretende ayudar a las empresas españolas a entrar en el mercado americano, una de cada cuatro empresas TIC españolas está capacitada para competir en el mayor mercado del mundo. Entender esta oportunidad y hacerse un poco americano vendría muy bien a las empresas españolas.

Artículo publicado en CincoDías el 6 de junio de 2009

7.6.09

Bye, bye miss media pie :)

Video superbueno del fin de los medios de comunicación tradicional.

24.5.09

no desaproveches una buena crisis

Son muchas las voces que se alzan estos días a favor de entender la crisis como oportunidad. Valientes somos los que escribimos y decimos estas cosas desde los cómodos almohadones de nuestros trabajos fijos y empresas más o menos protegidas a los avatares de la recesión. Es fácil decir que en la crisis hay también oportunidad, pero ¿cómo se hace? ¿cómo puede una pequeña o mediana empresa transformar en oportunidad sus menores ventas y su línea de crédito que no le renuevan? No puedo evitar sentir la frustración de los que están en el campo de batalla y escuchan constantemente estos días las fáciles proclamas de la oportunidad en la crisis.

Es mi intención hablar de algunas reflexiones de cómo efectivamente existe oportunidad en estos tiempos difíciles, pero me gustaría hacerlo desde una perspectiva lo más realista posible y sin caer en lo fáciles tópicos del que nada se juega y solo busca la notoriedad de la palabra de moda.

En la depresión de los años 30 tres compañías americanas crecieron sus ventas y beneficios. Kellogg’s, Chrysler y Kraft. Las tres pasaron de ser compañías de segundo nivel a liderar sus mercados. Las tres tuvieron en común la decisión de duplicar sus presupuestos de marketing y de investigación mientras el resto de las compañías ajustaban sus costes y reducían sus inversiones para adaptarse a la crisis.

En la recesión de 1954 Texas Instruments lanzó el primer transmisor de radio para aparatos de consumo. Y en 2001 Apple se atrevió contra las voces más críticas de la explosión de la burbuja tecnológica y presentó el iPod.

Todas las recesiones importantes del siglo XX tienen ejemplos de empresas como éstas que en momentos complicados económicamente intensificaron la apuesta por sus productos con buenos resultados. Por supuesto existen muchas otras que desaparecieron en el intento, pero el ejemplo de las que lo consiguieron es suficientemente motivador como para intentarlo.

El sentido común nos dicta que en estos momentos de menores ventas lo que hay que hacer es ser prudente, reducir costes, no gastar mucho y esperar a que el temporal pase. Sin embargo hay 3 razones importantes para apostar más que nunca.

La primera tiene que ver con el marketing y la publicidad. Al reducirse los presupuestos publicitarios, anunciarse no solo es más asequible sino que la efectividad es mayor pues hay menos competencia por la atención de los consumidores. La segunda afecta a los equipos. Las reducciones de personal y dificultades en el mercado de trabajo hace que sea posible contratar y atraer un talento que en épocas de bonanza económica sería prohibitivo e inaccesible. La tercera tiene que ver con el producto. La crisis económica agudiza el criterio de los consumidores que hacen mucho más los deberes antes de comprar y son más exigentes. Si tu producto es realmente competitivo los consumidores van a apreciar especialmente sus beneficios.

La crisis fuerza la creatividad, nos pone contra las cuerdas, nos estruja el cerebro para encontrar soluciones nuevas. Nos hace aterrizar y ser realistas. No se despilfarra. Las cosas están difíciles, pero hay dinero en el mercado. Los bancos no arriesgan y no dan dinero, pero hay inversores con liquidez dispuestos a apostar por ideas buenas y valientes. Estoy convencido de lo que digo: no hay que desaprovechar una buena crisis.

Artículo publicado en CincoDías el 22 de mayo de 2009

11.4.09

A vueltas con el Cloud Computing

Entro en una sala de reuniones de Google y el director de Ingeniería Google Maps tiene una pegatina en la parte trasera de la pantalla de su portátil que dice “mi otro ordenador es el CPD de Google”. CPD son las siglas de Centro de Proceso de Datos, Data Center en inglés y son las salas de máquinas del Cloud Computing; o Nube Computacional, que ya se puede decir en español.

En enero de 2008 me aventuré a pronosticar que el Cloud Computing sería una de las importantes innovaciones de ese año. Las predicciones son siempre peligrosas pues está en la propia naturaleza del futuro sorprendernos, pero creo que podemos decir que el Cloud Computing es ya una realidad para muchos usuarios y una prioridad estratégica para los grandes del software.

El Cloud Computing se define como el nuevo paradigma de las tecnologías de la información por el que la gestión de datos y aplicaciones reside en Internet, en la nube de Internet; Cloud es nube en inglés. La diferencia radical con paradigmas anteriores es que ya no es necesario comprar licencias de uso de aplicaciones y discos duros para almacenar la información. Basta con una conexión a Internet para acceder a mis datos, ya sean hojas de cálculo, documentos de texto, presentaciones o email. Esto que hace tan solo 3 años era pura ciencia ficción, es hoy posible y está suponiendo un cambio revolucionario en el mundo del software y de la gestión IT de las empresas.

Por parte de los usuarios, el Cloud Computing supone un ahorro económico importante en licencias de uso, almacén de datos y sistemas de seguridad y backup. Además supone un aumento de la productividad, ya que se puede trabajar desde cualquier dispositivo con conexión a Internet y permite que varios usuarios trabajen sobre los mismos documentos al mismo tiempo. Quienes lo han probado ya conocen el gran avance que supone y no volverían al entorno de servidor en red y licencias de uso. La mayoría de las start-ups de intenet gestionan ya sus documentos de oficina con Google Docs y en vez de comprar servidores para la gestión de sus imágenes utilizan el servicio S3 de Amazon, similar al de Akamai o Limelight.

Por parte de los proveedores de servicios el Cloud Computing representa un reto importante. Para las empresas más familiarizadas con este nuevo paradigma, como Amazon, Salesforce o Google el esfuerzo es solo financiero y de gestión. Tienen que construir CPDs con decenas de miles de servidores, que consumen tanta electricidad para funcionar como para ser refrigerados. El consumo de electricidad de estas plantas es tan importante que la gestión del suministro eléctrico se está convirtiendo en una de las prioridades operativas. Para otras empresas el reto es aún más complicado pues además de suponer una enorme inversión, representa una canivalización de ingresos actuales, como es el caso de Microsoft, HP, EMC, IBM o SUN.

No le faltan detractores al Cloud Computing. Los CEOs de Nokia y de Oracle decían hace pocos meses que el Cloud Computing era un producto de marketing con poco impacto real. Según ellos estamos ante una nueva manera de llamar a las granjas de servidores donde realmente volvemos a los tiempos del IBM 3270.

A mi juicio el Cloud Computing es una creciente realidad que con la ayuda de Internet revoluciona a empresas y usuarios. No será una transición fácil ni rápida, y existirán importantes retos económicos y de consumo energético, pero el cambio de paradigma se producirá tarde o temprano.

Artículo publicado en CincoDías el 3 de abril de 2009

13.3.09

El papel, la crisis e Internet

El pasado 24 de febrero los propietarios del mayor periódico de la región norte de California, el San Francisco Chronical, anunciaron el riesgo de inminente quiebra. Si deja de publicarse, San Francisco sería la primera gran ciudad de Estados Unidos que se queda sin periódico. El diario más antiguo de la ciudad de Seattle anunció que pasará a tener solo edición online, con una plantilla de 20 personas en vez de los 150 empleados. En España el periódico SegundaMano dejó de publicarse en papel el pasado 18 de noviembre. Podría seguir enumerando el listado de las publicaciones de papel que han desaparecido o tienen los días contados.

Y es que la crisis está acelerando el proceso de una necesaria reconversión de la industria tradicional de publicad en medios escritos. En estos meses estamos siendo testigos de un proceso que sin duda se estudiará en las escuelas de negocios durante muchos años. Son muchos los propietarios y gestores de publicaciones escritas que están viendo cómo sus negocios reducen los ingresos sin saber qué hacer para hacerlos sostenibles. Y todo está pasando mucho más rápido que la capacidad de reacción que las estructuras de costes permite.

Son dos las causas de este proceso traumático para la industrial de la publicidad en papel. Por un parte tenemos una crisis económica que hace que los presupuestos de publicidad se reduzcan enormemente y que las audiencias mengüen. Esto podría ser sostenible en otras circunstancias si no fuese por la causa número dos: Internet está siendo el refugio de la poca publicidad que se hace. Internet no solo tiene audiencias crecientes y mucho más segmentables que el papel, sino que permite medir el resultado de las inversiones y es más asequible y flexible en la gestión. Ante restricciones presupuestarias de los anunciantes Internet es mucha mejor opción como soporte publicitario.

La poca inversión en publicidad que existe, está haciendo lo que los americanos llama un flight to quality, vuelo a la calidad. Según The Kelsey Group, la consultora líder en información local en Estados Unidos, la inversión en publicidad local en medios tradicionales se reducirá un 5% al año durante los próximos 5 años mientras la inversión en publicidad online crecerá una media del 18% anual durante el mismo período. De los medios tradicionales los que más disminuirán sus ingresos son los periódicos tradicionales y las empresas de guías locales y páginas amarillas; los menos afectados serán el marketing directo y las revistas especializadas.

La crisis agudiza el ingenio de los anunciantes y los hace más exigentes y cuidadosos con su dinero. Tiene todo el sentido. En momentos de euforia no se presta atención al retorno en la inversión publicitaria. Pero en momentos de necesidad todo euro destinado a publicidad tiene que traducirse en ventas, y el euro que no pruebe su valor corre el riesgo de ser aniquilado por las sucesivas reducciones de presupuestos que inundan las agendas corporativas estos meses.

Por otra parte las empresas de Internet en fase madura y con cuentas de resultados saneadas están mucho mejor preparadas para soportar la crisis que las empresas tradicionales. Debido a su apalancamiento operativo, con estructuras de costes ligeras en costes fijos y amplia maniobrabilidad en costes variables, pueden ajustar sus costes ante una disminución drástica de los ingresos. Las empresas tradicionales por el contrario tienen unos costes fijos muy elevados que las hace mucho más rígidas y vulnerables a reducciones de ingresos. Esto hace entrar a la industria en un círculo vicioso: cuanto peor es la situación, más empresas tradicionales desaparecen, más ingresos quedan a disposición de las nuevas empresas de Internet, que pueden mejorar sus productos y servicios haciéndolos aún más competitivos y poniendo aún más presión sobre los asfixiados periódicos.

La peor noticia para el sector de la publicidad tradicional es que los equipos gestores que han llevado con éxito el timón de sus empresas durante los últimos años no están capacitados para hacer una transición a Internet tan rápida como los tiempos imponen. Esperemos que reaccionen antes de que sea demasiado tarde.

Artículo publicado en CincoDías el 13 de marzo de 2009

1.3.09

La agonía del retail

La industria del retail lo tiene complicado. Las tiendas está cerrando a cientos. Hace un par de días estuve en una tienda que tenía rebajas para celebrar que no cierran, para diferenciarse de las rebajas por cierre de negocio que inundan las calles de todo Estados Unidos.

Si las cosas no estuvieran mal por sí solas, creo que internet les va a dar la puntilla. Hoy he tenido una expriencia que me ha abierto los ojos en ese sentido.

Después de ver la exposición de Yves Sain Laurent en el museo De Young de San Francisco me he querido comprar un libro que he visto en la tienda del museo. Pareciéndome caro decidí apuntar el título y comprarmelo por internet. Mientras iba a apuntar el título en mi iPhone me acordé de que hace unos días instalé la aplicación de Amazon de compra rápida de libros. En 30 segundos he encontrado el libro y lo he comprado por un 34% menos de precio de lo que lo vendían en la tienda. No he tenido que cargar con el libro toda la tarde, me lo envían gratis al trabajo y contribuyo a construir mi perfil para que Amazon me siga recomendado libros.

En esta crisis en la que estamos, internet será un residuo de valor y los negocios online acelerarán el proceso de reconversión y desaparición de muchos negocios.

8.2.09

El reto de la Innovación

En octubre de 2005 la doctora Sylvia Earle, exploradora de los mares durante 50 años, coincidió con John Hanke, fundador de Keyhole, empresa que fue adquirida por Google en 2004 dando origen a Google Earth. La reunión tuvo lugar en Barcelona. Sylvia le dijo a John que Google Earth estaba muy bien, pero que debería llamarse Google Dirt, (arenal en inglés) pues faltaba la parte más importante: el mar. Google Earth solo cubría el 30% del planeta; faltaba el otro 70%, la superficie cubierta por 1.134 trillones de litros de agua.

John volvió de Barcelona y le comentó la anécdota a uno de los ingenieros. En Google los ingenieros pueden dedicar un día a la semana, un 20% de su tiempo, al proyecto que quieran sin que tenga que estar relacionado con su trabajo diario. El ingeniero con el que John habló decidió comenzar a trabajar en la integración de los Océanos en Google Earth en ese 20% libre de su tiempo. Pronto el proyecto consiguió el suficiente reconocimiento interno como para convertirse en un producto “oficial” de Google. Así es como nació la integración de los Océanos en Google Earth que ha sido presentada esta semana en San Francisco.

La concepción y el nacimiento de este nuevo producto, es a mi juicio uno de los mejores ejemplos de una eficiente generación de innovación en las empresas de tecnología. Creo que el proceso tiene 4 partes fundamentales.

La primera es permitir que las ideas surjan de cualquier sitio, cualquiera puede tener una idea brillante. La innovación no debe estar encerrada en la estructura jerárquica de las organizaciones. Precisamente la gente con más experiencia, y con más responsabilidad organizacional es la que muchas veces está menos capacitada para tener la objetividad necesaria que requiere la creatividad de la generación de ideas. Un becario o un colaborador son tan válidos generadores de ideas como el mejor de los directivos.

La segunda es que la idea tiene que solucionar problemas importantes, necesidades concretas. Muchas de la ideas se recrean en sí mismas sin solucionar un problema real. Otras ideas solucionan problemas pequeños y prescindibles. Cuanto mayor sea el problema que soluciona la idea, mayor será su probabilidad de éxito. No importa lo difícil que sea la solución. Cuanto más complicada sea la solución menos competencia.

La tercera es contar con el talento necesario para poder hacer posible lo que parece un sueño. La tecnología permite mucho más de lo que nos imaginamos, y con la gente correcta en tu equipo muchas de las cosas que parecen ciencia ficción son posibles.

La cuarta es no esperar a que el producto sea perfecto para lanzarlo. Lanzarlo con una calidad mínima y dejar que los usuarios sean los que digan es lo que funciona y lo que no. Es mucho más efectivo ser rápido en hacer cambios en función del comportamiento de los usuarios que contratar consultores.

Solo las empresas que tengan en cuenta estos principios estarán en disposición de innovar. El problema con la mayoría de las empresas tradicionales es que sus estructuras son demasiado pesadas para generar dinámicas de innovación. Por el contrario las empresas pequeñas, o que se comportan como las empresas pequeñas, están en mucha mejor disposición de generar ideas y desarrollarlas.

Artículo publicado en CincoDías el 9 de enero de 2009

11.1.09

Internet en el 2009

Me resisto a hacer una quiniela de lo que pasará en 2009. Pero no puedo por menos que dar un paso atrás y reflexionar acerca de lo que creo serán las tendencias en Internet a lo largo de los próximos meses.

La mejor manera de hacerlo es tomar perspectiva y ver los problemas que estando la tecnología lo suficientemente desarrolla, siguen sin estar resueltos. Google no fue el primer buscador, pero sí el que mejor lo hizo; YouTube no fue la primera plataforma de vídeos, pero sí la que mejor supo entender la necesidad de estandarizar el proceso de compartir esos vídeos; ni Facebook la primera red social, pero sí la que primero supo entender la importancia de la privacidad.

Así, existen algunas cuestiones en Internet que siguen si estar solucionadas y que serán un campo de cultivo extraordinario para brillantes emprendedores que sepan combinar lo que la tecnología es capaz de hacer con útiles y sostenibles modelos de negocio.

La primera es la publicidad en video. Me resisto a pensar que todos los anuncios que seremos capaces de hacer en vídeo son los tradicionales banners y cortinillas. Sigue sin explotarse la interactividad de los vídeos. Son muchas las iniciativas que lo han intentado, pero ninguna ha dado con la combinación de la experiencia de usuario y relevancia en los anuncios que haya permitido crear un eficiente ecosistema publicitario. Hay toda una dimensión de contenidos en las propias imágenes que sigue sin estar explotado.

La segunda es la publicidad local, las páginas amarillas, los directores locales. Las dificultades financieras por las que están atravesando la mayoría de las empresas tradicionales del sector van a hacer de catalizador para cambios importantes en la industria. Igualmente me resisto a pensar que todo lo que se puede hacer en este segmento es tener listados tradicionales de negocios, con un mapa y algún comentario. Internet, junto con el móvil y las redes sociales combinan un enorme valor para las búsquedas locales de negocios.

En tercer lugar está lo que me gusta llamar la gran revolución de la exploración frente a la búsqueda. Son muchos lo que hablan de los siguientes pasos del futuro de la búsqueda, de la búsqueda semántica y la socialización de la búsqueda. Creo que el cambio radical que está por llegar es pensar en cómo hacer sencillo el Descubrir y no el Buscar. No lo estamos haciendo mal en cuanto a encontrar algo que ya conocemos. El gran valor de Internet está en procesar la enorme cantidad de conocimiento de nuestro entorno para descubrir aquello que aún no conocemos. La música es la industria que mejor lo está haciendo; aplicaciones como Midomi, Shazam, Genius de iTunes y Pandora del Music Genoma Project nos están mostrando eficientemente el camino de este necesario cambio del Buscar hacia el Descubrir. La moda, los viajes y el entretenimiento son los siguientes candidatos naturales.

Por último que creo que un problema importante aún por solucionar es el reciclaje de grandes compañías que han sido cruciales en la primera fase de Internet, pero que se están quedando obsoletas, teniendo aún un gran valor. Creo que el 2009 será el año donde Yahoo e eBay combinarán sus operaciones con otras grandes empresas que sepan aprovechar el valor que aún tienen.

De cualquier forma nos espera un año complicado, difícil y como bien manda la propia naturaleza del futuro, impredecible. Confiemos en la suerte, que en el fondo es el mejor aliado para el porvenir.

Artículo publicado en CincoDías el 9 de enero de 2009

6.12.08

El futuro de la guías

Hace un par de semanas conducía por Silicon Valley de vuelta a casa y me sorprendió especialmente un anuncio de valla publicitaria que vi junto a la autopista: una foto de un libro de páginas amarillas de ATT vendiendo las bondades de la guía. ¿Cómo puede ser que en pleno 2008 se siga promocionando una guía de papel para las búsquedas de negocios? ¿Cómo puede ser que siga siendo rentable para las PYMES anunciarse en estas guías? ¿Dónde está Internet en todo esto?

El negocio de los directorios de negocio, de las guías locales, de las páginas amarillas, es el único segmento de la infomedicación que no ha sido desintermediado por Internet de una manera importante. Y es que a las empresas de páginas amarillas les está pasando lo que les pasó a las empresas de clasificados tradicionales: que por miedo a peder ingresos en el papel, no arriesgan en Internet; por miedo a canibalizar sus propios ingresos, hacen que Internet sea un complemento marginal y no un canal de distribución en sí mismo que aproveche todo el potencial de sus posibilidades.

A mi juicio, son 4 los problemas que las empresas de directorios de Internet tienen en este momento y que amenazan su supervivencia.

Primero, la actual crisis económica afectará especialmente a las PYMES. La limitación del crédito de los bancos y la reducción del consumo harán que tengan problemas de liquidez. Las PYMES son los principales clientes de estas guías y en momentos de crisis reducirán todo tipo de gastos.

En segundo lugar, pensando que sus negocios eran generadores de caja a prueba de bombas, muchas de las empresas de páginas amarillas se han embarcado en agresivas operaciones de compra venta con una enorme cantidad de deuda. Dos de las empresas del sector que cotizan en EE.UU. Idearc y RH Donnelley, han caído más de un 99% en su cotización amenazando seriamente su supervivencia.

El tercer problema es que han dado a Internet una importancia marginal. Con el miedo a hacer daño a la gallina de los huevos de oro que era el papel, el tráfico y los ingresos de Internet no han sido una prioridad. La presencia en Internet se limitaba a copiar el anuncio de papel. En ningún momento se aprovechaban las capacidades únicas de Internet de poder poner mucha más información, actualizarla en tiempo real y crear comunidades. Yell, la empresa inglesa líder en el sector, tan solo atribuye un 16% de sus ingresos a Internet. En momentos de dificultad para el papel Internet no puede compensar pues ni tiene tráfico, ni genera suficientes ingresos.

Por último, y debido a ese relegado protagonismo que se le ha dado a Internet, los anuncios en la red se venden siempre unidos a los del papel. El anuncio que paga una PYME incluye el de la guía de papel y el de Internet. Si no se vende el anuncio en papel, no se vende Internet. Estas empresas erróneamente han vinculado los destinos de ambos medios, en vez de hacerlos complementarios.

Y esto no ha pasado desapercibido por los usuarios. En los últimos informes a los que hemos tenido acceso en Google el 89% de los usuarios utiliza un motor de búsqueda para hacer búsquedas locales, frente a un 55% que utiliza las páginas amarillas online.

El desafío ahora está ver si estás empresas son capaces de reaccionar o serán otras iniciativas, nacidas desde Internet las que serán las protagonistas de las guías locales a partir de ahora.

Artículo publicado en CincoDías el 5 de diciembre de 2008